La satisfacción de rescatar vidas bajo los escombros

El técnico de LA LÍNEA VERTICAL David Aragón, conocido por todos como Pitu, ha vuelto de Turquía con la satisfacción de haber rescatado cinco personas con vida; pero también con la pena de no haber podido permanecer más tiempo ayudando tras el terremoto que ha devastado una gran superficie de este país y de Siria, dejando miles de muertos y heridos.

Ha estado nueve días en Turquía con un equipo de intervención en catástrofes de la ONG Bomberos Sin Fronteras,integrado por nueve personas y una perra, que llevaba desde España «unos 500 kilos de material para acometer cualquier tipo de intervención». En el equipo se encontraba también su mujer, que es bombero profesional.

Pitu relata que en cuanto llegaron al aeropuerto de Adana, se pusieron en contacto con ellos equipos de militares y los trasladaron en helicóptero a la ciudad de Maras, donde habían escuchado voces de niños bajo los escombros.

El primer rescate que hicieron fue el de un niño de 12 años. Luego pudieron sacar a dos niñas más, una de ocho años y otra de seis, y dos mujeres adultas. «Hemos tenido la suerte de rescatar a cinco personas con vida. Esta es la mayor recompensa«, manifiesta.

Nuestro técnico de LA LÍNEA VERTICAL forma parte de Bomberos Sin Fronteras desde hace 23 años. Este es el octavo terremoto en el que colabora, por lo que sabía bien a lo que se enfrentaba y, aunque siempre espera rescatar personas con vida, era consciente de que no iban a poder llegar a tiempo siempre. A pesar de ello, reconoce que no es fácil enfrentarse a esta situación.

Así, para Pitu, lo más duro de su participación en Turquía ha sido el último rescate, en el que estuvieron trabajando 36 horas sin parar, pero llegaron tarde. «Detectamos con los perros que había personas bajo unos escombros y los militares, con una cámara termográfica, que detecta el calor corporal, nos indicaron que había tres personas. Llevaban ya ocho días bajo los escombros y cuando estábamos muy cerca de llegar a ellas, al meter la cámara, los militares nos dijeron que habían muerto. Entonces, tuvimos que parar para buscar otras vidas porque en esa situación, cada minuto prima y lo importante es encontrar vidas», relata.

Otra situación dura para este compañero de LA LÍNEA VERTICAL ha sido ver el dolor de personas que rescataron con vida y dejaban a familiares fallecidos bajo los escombros.

Quiere destacar la buena acogida y el calor humano que se han encontrado en Turquía: «El trato de la población ha sido increíble. Es lo más grande que he visto. ¡Cómo se han portado con nosotros! Nos traían ropa, comida… no nos faltaba de nada». En los últimos rescates estuvieron acompañados por un equipo de televisión turco que retransmitía en directo y se hicieron populares entre los ciudadanos, que, cuando los veían por la calle, los saludaban.

Reconoce que vuelve con ganas de haberse quedado más días colaborando, pero han tenido que volverse porque el Gobierno turco dio órdenes de acabar las labores de rescate para empezar la reconstrucción de las ciudades. Asegura que está preparado para la siguiente intervención, «aunque ojalá no sea necesario que haya más».

Pitu forma parte desde hace casi cinco años del equipo de rescate industrial de LA LÍNEA VERTICAL, que vela por la seguridad, especialmente cuando hay paradas en industrias, y actúa en caso de accidente. Está especializado en rescates con cuerda y en zonas de difícil acceso. Además, es técnico deportivo en espeleología y descenso de barracos, instructor de la Escuela Andaluza de Montaña y técnico de rescate de montaña helitransportado. Está muy agradecido a LA LÍNEA VERTICAL por haberle apoyado y haber facilitado su participación en el equipo de rescate de Bomberos Sin Fronteras tras el terremoto de Turquía.